Los neumáticos de invierno no deben
utilizarse más de cuatro inviernos y deben tener al inicio de la estación una
profundidad mínima de 4 mm. Los neumáticos usados pierden su flexibilidad, la
cuál es indispensable en invierno, a bajas temperaturas. Además, una
profundidad del dibujo demasiado pequeña reduce la tracción en nieve y en
hielo. Los neumáticos se pueden alterar por las condiciones climatológicas de
cada estación y por la manera de almacenarlos: la capa de protección del
neumático desaparece con el tiempo.
*consulta condiciones de la promoción.
Este proceso se ve acelerado debido al almacenaje de los
neumáticos de invierno durante el verano
porque la cera de protección, que evita este efecto en los neumáticos nuevos,
desaparece con la conducción. Como consecuencia, los neumáticos de invierno
pierden poco a poco la flexibilidad necesaria para su utilización a bajas
temperaturas. Las distancias de frenado aumentan y la dirección no consigue el
mismo agarre. Esta es la razón por la que los neumáticos deben reemplazarse
cada cuatro inviernos.
La profundidad de la
escultura requiere también atención. Con menos de 4 mm, hay que cambiar los
neumáticos. Por debajo de este límite, sus cualidades son claramente reducidas,
se nota principalmente en el control en nieve y en hielo. La prueba es muy simple;
si al resbalar una moneda de un euro sobre el canal el contorno dorado del euro
esta visible, los neumáticos deben ser cambiados.
*Información facilitada por neumáticos Continental.
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